
1. Assegurar el desarrollo y crecimiento óptimos.
2. Evitar carencias nutritivas.
3. Prevenir enfermedades.
La dieta de los niños debe ser variada en platos y equilibrada con los sabores y texturas.
Debemos tener en cuenta que los niños también comen con los sentidos. El olor, el color, la forma y el sabor del plato influirán en si el niño quiere o no comer un alimento.
La estructura de una comida convencional debería ser:
Primer plato: A base de arroz, pasta, verduras o legumbres. El valor nutritivo de este p
rimer plato es a base de hidratos de carbono complejos, principales portadores de energía que combinados con las proteínas tienen la función de favorecer el crecimiento en el organismo.
Segundo plato: Carne, pescado o huevos en cantidades moderadas. Puede acompañarse con verduras o ensalada. Conviene consumir 3 veces por semana pescado azul o blanco y huevos.
Postres: Fruta y yogures.
Aparte de estos sencillos consejos, es mejor que los niños coman siempre alimentos procedentes de agricultura ecológica. Són más sanos y contienen muchas más vitaminas que los alimentos de orígen no ecológico.
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